lunes, 16 de julio de 2012

EL SACERDOCIO

III. EL SACERDOCIO DE CRISTO  HEBREOS 10:21 



EL SACERDOCIO
                                               
                                                

                                                                                               
Sacerdote significa decir mediador. En el Antiguo Testamento era quien expiaba
el pecado, los sacerdotes servían como mediadores entre el pueblo y Dios, ellos eran
quienes ministraban las cosas sagradas. Era el título que se le daba al que oficiaba en
el culto público, antes de Aarón cualquier jefe de familia ejercía las funciones de
sacerdotes.
I. EL SACERDOCIO ARONICO  EXODO 28:1, NUMEROS 18:7 
a. Aarón de la tribu de Leví, hermano Moisés y su ayudante fue ordenado
bajo instrucciones de Dios (Éxodo 28:1). Antes de eso fue Moisés quien
desempeñó el cargo de mediador (Éxodo 24:5).
b. Moisés debía consagrarlos en solemne ceremonia (Éxodo 29:1-8).
c. Una vez consagrados debían sacrificar un becerro y un carnero de
consagración.
d. La ceremonia de consagración debía ser por siete días (V:35).

1. Sus vestiduras

a. Sus hijos serían sus ayudantes pero él sería el sumo sacerdote, debían
llevar vestiduras sagradas (28:2-4). Sería él quien debía entrar en el
santuario llevando una campanilla (V: 34-36).
b. En sus vestiduras llevaría el pectoral, cuadro sagrado sobre el cual se
colocaban doce piedras preciosas en cuatro filas horizontales y en
cada una estaba grabado el nombre de los doce hijos de Israel,
representando al pueblo (V: 29,30).
c. El éfod, vestidura olgada, sin mangas que se extendía hasta la rodillas
y que se usaba como un delantal hasta la túnica del sacerdote (V:6-20)
y era donde se colocaba el pectoral, una bolsa cuadrada de
aproximadamente veinte centímetros, esta era la parte más mística de
las vestiduras sacerdotales,  llevaba doce piedras de distintas clases y
colores conteniendo el nombre de cada una de las doce tribus de
Israel.
d. Sobre el pectoral sería puesto el Urim y Tumin que su significado literal
podría ser luces y perfecciones o bien maldiciones o perfecciones, que
se empleaban para recibir una respuesta positiva o negativa, para
comunicar la voluntad de Dios en determinados casos (V:30). Dichas
vestiduras eran símbolos de justicia (Salmo 132:9). Su blancura
simbolizaba pureza de la que debían estar revestidos interiormente.
e. En la mitra o turbante del sumo sacerdote estaba colocada una lámina
de oro puro con las palabras `` Santidad a Jehová``

2. Sus requisitos

a. Debía ser compasivo y paciente por quienes se desviaban por pecado
de ignorancia, involuntario o debilidad (Hebreos 5:1,2). b. Debía ser de la familia de Levi, la tribu apartada por Dios para su
servicio pues era hermano de Moisés (Éxodo 2:1).
c. Debían casarse sólo con una virgen, ni siquiera con la viuda de otro
sacerdote.
d. Debía ser por descendencia.
e. Debía ser hombre y sin defecto físico (Levítico 21:16-21; Hebreos 5:1).
f. Debían tener reverencia y respeto al momento de celebrar los
sacrificios, pues por medio de estos se confesaban los pecados y se
trasladaban a la víctima.
g. Debían hacer expiación primero por sus pecados antes de asumir sus
labores sacerdotales (Hebreos 7:26-28).

3. Su consagración

a. Eran consagrados en presencia de todo el pueblo, ellos y todo lo que
tenían debía ser consagrado al servicio divino, moisés fue el primer
oficiante (Éxodo 29:1,2).
b. Por medio del lavamiento Aarón y sus hijos fueron sometidos a un
baño completo simbolizando purificación (V:4).
c. Fue derramado aceite sobre la cabeza de Aarón, esto simbolizaba la
unción del Espíritu Santo (V:7).

4. Sus funciones

a. Debía estar cerca del pueblo y también necesitaba de subalternos .
b. Debían  quemar incienso, ofrecer sacrificios sobre el altar y bendecir al
pueblo.
c. Debían interceder por los pecados del pueblo y de sí mismos (29:33;
Hebreos 9:7,8).
d. Debía dar testimonio en cuanto a la santidad de Dios (V:38; Nm 18;1).
e. Debían actuar con la debida reverencia, Nadab y Abiú, hijos de Aarón
usaron fuego no del altar de Jehová y murieron (Levítico 10:1).

5. Su sostén

a. Los Levitas recibieron 48 ciudades y de estas los sacerdotes recibieron
13, pero ni los sacerdotes ni Levitas recibieron tierra, cuando Josué
repartió la tierra.
b. Jehová sería parte de su heredad, los Levitas recibían los diezmos de
las otras tribus y estos a la vez se los daban a los sacerdotes (Números
18: 20,28).
c. También los sacerdotes recibían la carne de ciertos sacrificios, las
primicias, lo consagrado de los votos y los primogénitos de los
animales.
d. Ellos recibían lo necesario pero en abundancia como los sacerdotes de
las naciones paganas, Pablo en el Nuevo Testamento enseña que los
que predican el evangelio vivan del evangelio y el salmista dice `` Las
cuerdas me cayeron en lugares deleitosos`` (1 Corintios 9:13,14; Salmo
16: 5,6).
   II. LOS SACRIFICIOS  EXODO 3:18
a. Sacrificio es un ofrecimiento a Dios como reconocimiento a su
bondad y autoridad, consistía en algún presente o animal que se
mataba como confesión de culpa y expiación por el pecado.
b. En otras palabras el principal objetivo de todo sacrificio es acercarse
a Dios, más que todo consistían de holocaustos y ofrendas (Mateo
7:11).
c. Fueron ordenados por Dios desde su trono en medio de querubines.
d. Los sacrificios según la ley eran tomados del reino animal y vegetal
que representaban las más valiosas posesiones del pueblo como su
vida  misma.

1. Holocaustos

a. El holocausto presentaba a Cristo en su muerte y consistía de un
animal ofrecido voluntariamente, debía ser macho sin defecto
figura de la pureza de Cristo, quien se ofreció sin mancha a Dios
(Hebreos 9:14; Efesios 5:2).
b. Debía ser ofrecido a la puerta del Tabernáculo reconociendo la
indignidad del oferente para poder entrar a gozar de la comunión
con Dios, debía poner la mano sobre la cabeza del animal que
era como su sustituto (Éxodo 29:10; Levítico 1:4; 8:14).
c. Al poner las manos el oferente no venía como pecador sino como
adorador, el oferente debía degollar a la víctima (Levítico 1:5-11).
d. Debía ofrecerse un sacrificio por la mañana y por la tarde, esta
sería la ley del sacrificio (Levítico 6:9).

2. Ofrenda vegetal o de olor suave

a. La ofrenda vegetal presentaba a Cristo en su vida (Levítico 2:1-6).
b. Era de olor suave o grato sugiriendo plena devoción de Cristo al
Padre y su disposición de agradarle en todo.
c. Aquí no hay levadura porque en la Biblia esto sugiere maldad que
corrompe.

3. Ofrenda de paz

a. Su significado típico es el mismo en la ofrenda del holocausto en
donde la víctima inocente era figura de Cristo.
b. Aquí participan Dios y su pueblo juntos en señal de amistad, eran
animales sin defecto y de carácter voluntario, la enseñanza tipifica
que Cristo en nuestra paz (Colosenses 1:20).

4. Ofrenda de olor no suave

a. La ofrenda de olor no suave u ofrenda por el pecado, en esta se
contempla la muerte de Cristo, tal como se describe en Isaías 53,
estas son ofrendas expiatorias, vicarias y eficaces (Levítico
4:12,29,35). b. El día de la expiación se sacrificaba una víctima cuya sangre era
llevada al lugar santísimo, allí se hacía expiación por los pecados
de la nación (Levítico 16:29-34).
c. En esta ofrenda Cristo en nuestro sustituto es decir lo que fue
únicamente en la cruz.
a. Jesús es el gran Sumo Sacerdote que vino a sustituir el sacerdocio
levítico (Hebreos 4:14,15; 5:1-10).
b. Constituido  por el mismo Dios como Apóstol y Sacerdote del
programa redentor (3; 1,2).
c. Fue proclamado por el mismo Dios (5:5).
d. Actor de eterna salvación para todos quienes le obedecen (V:9).
1. Según el orden de Melquisedec
a. Melquisedec, rey de Salem nombre antiguo de Jerusalén, sacerdote
del Dios Altísimo de quien no se conoce descendencia, su nombre
significa `` Rey de justicia`` ``Rey de paz``(Hebreos 7:1-3).
b. Cananeo al igual que Abraham era el único que servía al verdadero
Dios, sin ser israelita.
c. Constituido sacerdote antes de la ley (V:15,16).
d. Es presentado como un tipo o figura de la realeza y el sacerdocio
eterno de Jesucristo (Salmo 110:4; Hebreos 7:1-3).
2. De la tribu de Judá
a. Judá fue el cuarto hijo de Jacob nacido antes de la ley (Génesis
29:35).
b. Salvó la vida de José, e intercedió por Benjamín (Génesis 37:26-28).
c. Fue bendecido por Jacob (Génesis 48:8-12).
d. De él no habló Moisés y de su tribu nadie sirvió en el altar, pero de su
descendencia vino Cristo no constituido según la ley (V:15,16).

3. Su efectividad

a. El sacerdocio de Aarón tipificaba a Cristo y sus hijos a los creyentes,
los hijos de Aarón eran sacerdotes por descendencia, los creyentes
en Cristo por el nuevo nacimiento
b. En el sacerdocio levítico el sacerdote al representar al pueblo
prefiguraba al creyente, el sumo sacerdote a Cristo quien entraba una
vez al año en el lugar santísimo, pues Cristo traspasó los cielos
(Hebreos 4:14,15).
c. El sacerdocio levítico era temporal el de Cristo es eterno, Los
antiguos sacrificios traían alivio temporal el De Cristo es para siempre
(7:17, 25, 28; 8:1).
d. El sacerdocio levítico fue imperfecto el de Cristo es perfecto
(10:4;27,28);  fue establecido mediante juramento de Dios e. En Cristo tenemos libre acceso al trono de Dios, es nuestro abogado
ante el Padre y digno de acercarnos a él (V:16;1 Juan 2:1).
f. Mayor que Moisés es decir mayor que la ley (Hebreos 3:2).
g. Es el mediador de un nuevo pacto (8: 6-13; 9:15).
h. Su relación con la casa de Dios era de constructor no de custodio,
Moisés fue como un criado temporal como siervo mientras que Cristo
fue fiel como hijo sobre su casa.
i. El término ``casa`` no puede referirse a seguidores del campamento,
su significado es similar a la iglesia como cuerpo de Cristo.
IV. EL SACERDOCIO DE LOS CREYENTES  1 PEDRO 2:4-9
El Nuevo Testamento habla de un sacerdocio santo y de un sacerdocio real en
el cual todos los creyentes participan como sacerdotes, los sacrificios del
creyente no son materiales sino espirituales y su finalidad es una expresión de
gratitud a Dios.
1. Un sacerdocio santo
Al igual que en el Antiguo Testamento los sacerdotes constituían un
grupo de hombres apartados para tal propósito, los creyentes de Nuevo
Testamento hemos sido también apartados del mundo para el servicio de
Dios con características distintas a las del Antiguo Testamento. El
fundamento para el sacerdocio del creyente es el acto de Dios por el cual
él ha unido a cada creyente con Cristo mismo esto es por asignación de
Dios (Efesios 1:6,7).
2. Un sacerdocio real
En el Antiguo Testamento los sacerdotes no podían ser reyes y si lo eran
no podían ser sacerdotes, ahora en el Señor ostentamos los dos títulos.
Somos un sacerdocio real pues nuestra realeza y valor evidentes nos
señalan como hijos de Dios,  por lo tanto ostentamos los dos títulos y las
dos funciones, cumpliéndose así el gran deseo de Dios (Éxodo 19:6;
Juan 17). Es un sacerdocio real en el sentido de realeza y se comparte
con Dios los privilegios de un sacerdocio real (Salmo; Apocalipsis 1:6; 1
Pedro 2: 5-9).
3. Los nuevos sacrificios
En el Antiguo Testamento se sacrificaban animales ahora nuestros
sacrificios son de carácter espiritual, Cristo ha sido sacrificado por
nosotros.  Como sacerdotes santos y a través de dichos sacrificios
espirituales tenemos acceso a Dios (Apocalipsis 1:6; Hebreos :4:16).
4. Piedras vivas
En el Antiguo Testamento había un santuario y un altar para hacer los
sacrificios y era necesario un sacerdote, los creyentes del Nuevo
Testamento como piedras vivas constituyen el santuario espiritual en que
la presencia de Dios se manifiesta, que unidas a la gran piedra angular que es Cristo y como sacerdotes no tienen necesidad ni de
intermediarios ni de sacrificios (Efesios 4:12-16).
5. Cristo la Piedra Viva
Cristo es la piedra viva porque es una persona divina, venció la muerte
para no morir más. Es la principal piedra del santuario espiritual a la que
las piedras vivas están ligadas y así realizar el sacerdocio espiritual (1
Pedro 2:4). Es la piedra escogida y rechazada por su propio pueblo
(Hechos 2: 23-24).

CONCLUSIÓN:

En el Antiguo Testamento Dios encontraba satisfacción en la espiritualidad de su
pueblo, en el Nuevo Testamento es una actividad que surge de un corazón agradecido.
En el Antiguo  Testamento el sacerdocio era de una sola familia (Los Levitas) en el
Nuevo testamento lo puede disfrutar todo creyente, es una responsabilidad individual y
no puede ser transferido. El sacerdocio de los creyentes está cubierto con la justicia de
Cristo, ha sido ungido con el Espíritu Santo (Éxodo 40:13,15; 1 Juan 2:20). En el
sacerdocio de los creyentes se puede disfrutar de la  mayor riqueza de la vida Cristiana
por tener acceso al trono de Dios en la oración y la adoración.
Bibliografía:
1. Alonso Oración: EL TABERNACULO, Editorial CLIE  Edición 1991.
2. Henry Matthew COMENTARIO EXEGETICO DEVOCIONAL, Deerfiel Florida,
Editorial Vida cuarta impresión 1991.
3. Boone Jerome: UN PANORAMA DEL ANTIGUO TESTAMENTO Lee College
Cleveland Tennessee derecho de propiedad 1977, Oficinas Internacionales
Iglesia de Dios.
4. Editorial Caribe DICCIONARIO DE LA SANTA BIBLIA.
5. Harrison Everett F: COMENTARIO BIBLICO DEL NUEVO TESTAMENTO,
Editorial Portavoz del Evangelio, Edición 1992.
6. Hoff Pablo: EL PENTATEUCO Editorial Vida, Edición 1978.
7. Boyd M. Franf: LA BIBLIA A SU ALCANCE Miami, Florida, Editorial Vida
tercera edición 1976.
8. Halley: COMPENDIO DE LA BIBLIA Publicaciones Portavoz del Evangelio,
edición 1955.
9. Unger: MANUAL BIBLICO Editorial Portavoz del Evangelio edición
1976.Manual bíblico de Unger edición 1976, Editorial Portavoz del Evangelio.
10. La Biblia.
 



jueves, 12 de julio de 2012

Interesante


En esta página podrás conocer un poco mas sobre el significado de cada Ornamento Sacerdotal.

Consulta en:




Colores Litúrgicos

Los Colores


Estamos acostumbrados a usar signos o señales convencionales para referirnos a determinadas realidades. Hablamos de “colores patrios”, colores “tristes” o “alegres”, etc.
La Iglesia también usa de los signos en su liturgia, para facilitarnos la comprensión de algo.
En concreto, los ornamentos que usa el sacerdote son de cuatro colores distintos.Cada uno de ellos indica algo diferente: una determinada fiesta o un tiempo litúrgico determinado.

¿Qué simboliza cada color?

Color Blanco
-Es señal de pureza, inocencia, alegría, santidad y gloria.
-Puede tener tonalidades plateadas, marfil o crema, no gris, que no es color festivo.
-Se emplea en casi todas las fiestas del Señor y de la Virgen María; y de aquellos santos que no han sido mártires.
-También en los tiempos litúrgicos de Navidad y Pascua


Color Rojo
-Señal de realeza, fuego, martirio y sangre.
-Se emplea en las fiestas del Espíritu Santo -que se mostró en Pentecostés por medio de una lengua de fuego-, Domingo de Ramos, Viernes Santo, Misas votivas del Espíritu Santo, de la Preciosa sangre y de la Pasión del Señor, en as fiestas de los apóstoles, de los Evangelistas y de los mártires, que dieron su sangre por Cristo.

Color Violeta o Rojo-Morado
-Es señal de penitencia, dolor y también de esperanza tras el dolor.
-Se emplea en los tiempos penitenciales; es decir, en Adviento y Cuaresma.
También en las Misas por los difuntos.
Puede ser sustituido por el color negro

Color Verde
-Es el color que significa esperanza.
-Se emplea a lo largo de casi todo el año, en lo que se llama “Tiempo Ordinario”. Se utiliza un verde vivo, no apagado.
-Simboliza que se está en “espera” de las grandes solemnidades litúrgicas.

Colores Rosa y color Negro
El color rosa -con la tonalidad apropiada y adecuada para un ornamento- puede usarse en el tercer Domingo de Adviento y el cuarto Domingo de Cuaresma.
El color negro puede usarse el día de todos los fieles difuntos, en los funerales y Misas de Requiem.

Color azul
Este color se usa donde lo permite el privilegio español, en la fiesta de la Inmaculada Concepción.





sábado, 7 de julio de 2012

LOS ORNAMENTOS SACERDOTALES






LOS ORNAMENTOS SACERDOTALES

Importancia. En el Antiguo Testamento, sombra débil de las maravillas y misterios del Nuevo, Dios había prescripto ornamentos tan ricos y bellos para las ceremonias del culto “para que Aarón y sus hijos se cubriesen con ellos para acercarse del altar y servir en el santuario y que no murieran a causa de su pecado” (Éxod. 28, 43). Con mayor razón quiere Dios que la Iglesia, su Esposa amada, se presente en el altar con el atuendo más bello. Pues allí ella celebra el augusto sacrificio que le da, en el exilio de la tierra, un anticipo de las alegrías y delicias del banquete nupcial que gustará eternamente con el Cordero en la patria celeste.
Necesidad. Para el sentimiento cristiano sería, a primera vista, un crimen contra los divinos misterios celebrar el santo sacrificio con ropa ordinaria. La majestad de la acción eucarística, el respeto por el divino sacramento exige vestimentas particulares para la celebración de la Misa. El concilio de Trento declara que se trata de prescripciones y la tradición de los apóstoles.
Historia. En los primeros tiempos del cristianismo, es decir cuando todavía vivían los apóstoles y sus inmediatos sucesores, la forma de los ornamentos sagrados no difería o difería muy poco de las vestimentas de la vida común. Sin embargo, los vestidos sagrados se distinguían de los vestidos profanos, ya que eran de materiales más preciosos y eran destinados especialmente a la celebración de los sagrados misterios y solamente se utilizaban para ese fin. En general se conservaron las formas antiguas hasta los siglos XVI y XVII. Entonces se perdió mucho el respecto por la tradición, la viva inteligencia del fin litúrgico y del simbolismo de los ornamentos sagrados.
Bendición. Todos los ornamentos litúrgicos del celebrante, incluso el cíngulo, deben ser bendecidos antes de ser utilizados. Esta bendición data de los primeros siglos, y es obligatoria.
Simbolismo. En el culto divino nada es puramente exterior, todo es imagen y signo, todo es espíritu y vida. La Iglesia se esfuerza por transfigurar, espiritualizar las cosas materiales mediante relaciones más elevadas a los sentidos, para dirigir en todo la inteligencia de los fieles hacia lo invisible, divino y eterno.
Sucede de esta forma con los ornamentos sagrados, tienen el alcance y el valor de símbolos. En efecto, no se relacionan tan solo de una manera general a la majestad del sacrificio divino, sino que expresan diversos misterios apropiados para alimentar la piedad de los fieles.
El sacrificio eucarístico es la representación viva, la renovación misteriosa del sacrificio de la cruz. Por este motivo, se relacionan los ornamentos sagrados con los vestidos que usó Nuestro Señor durante su pasión, o con los instrumentos que sirvieron para torturarlo o hacerlo objeto de burlas.
Simbolismo general. El sentido alegórico de los ornamentos (es decir su referencia a la Pasión de Nuestro Señor) no se encuentra expresado en la liturgia, sino que se encuentra en los diversos autores litúrgicos y ascéticos, discrepando unos de otros a menudo. La explicación más generalmente adoptada es la siguiente. El amito puede significar la venda que cubrió el rostro de Nuestro Señor cuando los judíos lo abofeteaban diciéndole que profetizara quién lo había golpeado. El alba representa la vestidura blanca con que Herodes hizo revestir a Nuestro Señor para librarlo a las burlas de su corte. El cíngulo es la imagen de las cuerdas con que Nuestro Señor fue atado en el Jardín de los Olivos por los soldados, con las cuales fue también atado a la columna para ser flagelado, y de los látigos que desgarraron su carne durante la flagelación. El manípulo de las cadenas con que ligaron las manos de Nuestro Señor como si fuera un malhechor. La estola nos recuerda el pesado madero de la cruz que Nuestro Señor llevó voluntariamente hasta el calvario. La casulla es el símbolo del manto púrpura con que los verdugos de Jesús lo cubrieron después de su coronación de espinas.
Considerados de este modo, los ornamentos sacerdotales nos muestran como, en su camino hacia la gloria, el Salvador bebió el agua del torrente (Sal. 109, 7), es decir vació el cáliz de los sufrimientos y humillaciones. Contemplando esos hábitos sacerdotales debemos reavivar en nosotros los sentimientos más ardientes de amor, compasión, arrepentimiento y esperanza.
Simbolismo litúrgico. En el sentido moral, los ornamentos sagrados designan diversas virtudes con las cuales debe revestirse el sacerdote, según el modelo invisible, Jesucristo, cuyo lugar ocupa en el altar. Esta significación es a menudo expresada por la liturgia en diferentes oraciones. Más adelante expondremos en detalle el significado para los seis ornamentos sacerdotales de la Misa: el amito, el alba, el cíngulo, el manipulo, la estola, la casulla.

Una catequesis  sobre los ornamentos litúrgicos.  Del papa Benedicto
Durante la solemne y emotiva Misa en la que participaron cardenales, arzobispos, obispos y presbíteros presentes en Roma; se renovaron las promesas sacerdotales y se bendijeron los santos óleos.
El Papa comenzó su extensa homilía recordando al autor ruso Leone Tolstoi, quien narra en un cuento cómo un pobre pastor ruso enseñó a un rey quién era Dios proponiéndola un cambio de vestidos y ejemplificar así cómo Jesús, siendo Dios, se despojó de su potestad para hacerse hombre.
“Es esto lo que sucede en el bautismo: nosotros nos revestimos de Cristo, Él nos entrega sus vestidos pero éstos no son una cosa externa. Significa que entramos en una comunión existencial con Él, que su ser y el nuestro confluyen y se compenetran mutuamente”, dijo el Pontífice.
“Esta teología del Bautismo –continuó- retorna de modo nuevo y con una nueva insistencia en la Ordenación sacerdotal. Como en el Bautismo se realiza un ‘cambio de vestidos’, un cambio en el destino, una nueva comunión existencial con Cristo, así también en el sacerdote se produce un intercambio: en la administración de los Sacramento, el sacerdote actúa y habla ahora ‘in persona Christi’ (en la persona de Cristo)”.
El Santo Padre explicó que así, en los Sacramentos “se hace visible de modo dramático aquello que el ser sacerdote significa en general; aquello que hemos expresado con nuestro ‘Adsum – aquí estoy’ durante la consagración sacerdotal: estoy aquí para que tú puedas disponer de mí”.
El Papa recordó a los sacerdotes del mundo que “en el momento de la Ordenación sacerdotal, la Iglesia   nos ha hecho visible y tangible esa realidad de los ‘nuevos vestidos’ incluso externamente, mediante el ser revestidos con los ornamentos litúrgicos. En este gesto externo ella quiere hacernos evidente el evento interior y la tarea que nos viene de él: revestirnos de Cristo; entregarnos a Él como Él se entregó a nosotros”.
“Quisiera por tanto, queridos hermanos, explicar este Jueves Santo la esencia del ministerio sacerdotal interpretando los ornamentos litúrgicos que, precisamente, por su parte, quieren ilustrar qué cosa significa ‘revestirse de Cristo’, hablar y actuar ‘in persona Christi’”, dijo el Papa.
La vestimenta litúrgica y el sacerdocio
El Papa abordó la explicación simbólica de los ornamentos litúrgicos comenzando por el amito, la tela blanca que los sacerdotes se colocan en primer lugar alrededor de la nuca y el cuello.
“En el pasado, éste se colocaba primero en la cabeza como una especie de capucha, convirtiéndose así en un símbolo de la disciplina de los sentidos y del pensamiento necesaria para una justa celebración de la Santa Misa”.
Al respecto, el Pontífice explicó que “los pensamientos no deben vagar aquí y allá detrás de las preocupaciones y las expectativas del día; los sentidos no deben ser atraídos de aquello que allí, al interior de la Iglesia, casualmente quisiera secuestrar los ojos y los oídos”.  “Si yo estoy con el Señor, entonces con mi escucha, mi hablar y mi actuar, atraigo también a la gente dentro de la comunión con Él”.
Al referirse luego al alba y la estola, el Papa recordó que las antiguas oraciones hacen referencia al vestido nuevo que el hijo pródigo recibió del padre; y por tanto, “cuando nos acercamos a la liturgia para actuar en la persona de Cristo nos damos cuenta de cuán lejos estamos de Él; cuanta suciedad existe en nuestra propia vida”.
Es precisamente la sangre del cordero, citado en el Apocalipsis,  la que “a pesar de nuestras tinieblas, nos transforma en ‘luz en el Señor’. Al ponernos el alba debemos recordarnos: Él también ha sufrido por mí. Es sólo porque su amor es más grande que todos mis pecados, que yo puedo representarlo y ser testigo de su luz”, explicó el Papa.
El Papa explicó luego que el alba también recuerda “el vestido del amor “que deben llevar todos aquellos invitados al banquete del Novio, Jesucristo, para poder participar dignamente.
Por eso, señaló que “ahora que nos preparamos para la celebración de la Santa Misa, debemos preguntarnos si llevamos el hábito del amor. Pidamos al Señor que aleje toda hostilidad de nuestro interior, que nos quite todo sentido de autosuficiencia y que nos revista verdaderamente con las vestiduras del amor, para que seamos personas luminosas y no pertenecientes a las tinieblas”.
Benedicto XVI agregó luego unas breves palabras sobre la casulla que, según explicó, simboliza el yugo del Señor. “Llevar el yugo del Señor significa ante todo: aprende de Él. Estar siempre dispuestos a asistir a la escuela de Jesús. De Él debemos aprender la pequeñez y la humildad –la humildad de Dios que se muestra en su ser hombre”, explicó.
“Algunas veces –concluyó el Pontífice- quisiéramos decirle a Jesús: Señor, tu yugo no es para nada ligero. Más bien, es tremenda mente pesado en este mundo. Pero al mirarlo a Él que ha cargado con todo –que en sí a probado la obediencia, la debilidad, el dolor, toda la oscuridad, entonces todos nuestros lamentos se apagan”.
“Su yugo es el de amar con Él. Y mientras más lo amamos, y con Él nos convertimos en personas que aman, más ligero se vuelve nuestro yugo aparentemente pesado”.
“Oremos para que nos ayude a ser junto con Él personas que aman, para experimentar así siempre más cuán bello es portar su yugo”, 


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